Madre Escuela que, a todos tus hijos del saber, claras aguas les diste

Noticia escrita el: 21 septiembre, 2023 | Por: Tómas De los Santos H.

 

(2a.  Parte)

 

 

La Escuela Lafragua, está a punto de cumplir 127 años el próximo 22 de noviembre de este año, además albergó por décadas la escuela nocturna Guillermo Prieto, una escuela para trabajadores que impartía sus clases de siete de la noche a las nueve de la noche de lunes a viernes, cabe destacar que la escuela nocturna realizaba festivales cívicos y festivales a las Madres el 10 de mayo.

 

Salve Escuela Lafragua Gloriosa, que derramas prestigio y honor… en la historia de Puebla grandiosa y eres de la patria un blasón… Así inicia el Himno de una escuela con mucha historia, donde los maestros llegaban por convicción, jamás faltaban, no se enfermaban, las lluvias no eran impedimento para que llegarán tarde o no se presentaran a dar clases, siempre puntuales a la hora de entrada, todos se concentraban quince o veinte minutos antes de la hora señalada para que sonara el timbre de entrada, firmaban el libro de asistencia anotando su hora de llegada, así como a la hora de salida, era raro ver que la directora del plantel educativo les llamara la atención.

 

Grandes maestros enseñaban y formaban al alumno con un conocimiento vasto para que incursionara en cualquier ceremonia o evento cívico, así como en festivales alusivos al Día del Niño, a la Madre y al maestro en su día, el mentor enseñaba a declamar, a dibujar, a saber utilizar las escuadras y el transportador, asimismo, impartía clases de baile -danzas regionales-; eran docentes que disfrutaban su profesión al enseñar y servir a los educandos, siempre atentos revisando que los alumnos llegaran limpios, portando el uniforme de diario con el escudo de la institución. El uniforme de gala muy bonito y con el uso de la corbata en los hombres hacían lucir al niño muy importante.

 

Es importante destacar que la escuela primaria tenía los grupos “A”, “B”, “C”, “D” y “F”, por grado, si decimos que son seis grados, hablamos de que se llenaban 30 salones de niños, entre hombres y mujeres, los salones tenían un cupo de 50 a 64 alumnos por grado y grupo, sin temor a equivocarme hablamos que en su totalidad la institución educativa albergaba aproximadamente un poco más de mil 700 educandos, se imaginan la responsabilidad de cada maestro, no eran “enchiladas”.

 

Como alumnos, era un honor llevar y traer los libros del profesor, ir a la dirección de la escuela y pedir el mapamundi prestado a la directora del plantel educativo, un orgullo para quien llevara el libro de asistencias de los maestros a los demás educandos y posteriormente entregarlo en la dirección de la escuela, la educación y los valores morales que nos enseñaban en la casa era sinónimo de que al maestro se le respetaba y obedecía; si nos regañaba o nos daba un reglazo u/o un coscorrón que era aceptado como si nos lo hubieran dado nuestros padres.

 

La Escuela, fue la segunda casa de grandes maestros que llegaron jóvenes y que al paso de los años uno a uno se fue jubilando, otros se adelantaron en el camino.

 

Maestros de educación primaria de aquellos ayeres: Ana María Ruiz y Huerta (+), Teresa Ruanova (+), Sara López y López (+), Ana Luz Peña y Peña (+), Ana Lilia Rojas Rodríguez (+), Guadalupe Salazar de Vázquez, Esperanza Ríos de Pineda (+), Javier Ceballos Dorantes, Antonio Benítez García, María de Lourdes Gamboa Cabrera, María del Pilar Fernández (+), Ernestina Cruz Morales, María Elena Vázquez, Alicia Gómez Crespo, María Teresa Pérez Díaz, Rita Tagle, Guadalupe Vázquez Salazar, Amalia Domínguez, Armando Ahuatzin, Maestro Juárez, Alba Alonso de Jesús,  María de los Ángeles Caudillo Vázquez, Luz María López Torres, Rogelio Mendoza Cosío, Ernestina Vidriales, Luz María Peña (+), entre muchos otros que escapan a mi memoria.

 

Reconocimientos: Merecido Reconocimiento hasta donde esté el Maestro Salomón Soria (+), maestro de canto que formó al Orfeón de la escuela para dar paso a la histórica estudiantina infantil que compitió en el Certamen Nacional de Estudiantinas en la Televisión de México, D. F. (Televicentro); más adelante llegó el maestro Agustín Peñuela, quien asumió la dirección del Orfeón.

 

Asimismo, a los conserjes: Don José, Don “Chón”, Doña Isabel “Chavelita” y Doña Guillermina, quienes tenían un cuarto junto a las escaleras grandes donde guardaban sus enseres domésticos y su lonche, así como balones de Voleibol y basquetbol, como referencia se encontraba al lado de su cuarto un estanquillo de madera que era la tienda de dulces, refrescos y tortas para los alumnos de secundaria. En tanto que la tienda escolar de los alumnos de primaria era un salón que se encuentra junto a las escaleras pequeñas, donde vendían dulces, donas, churros, gansitos, tortas compuestas, tacos dorados y refrescos del Pato Pascual y la Lulú; no puede pasar desapercibido el paletero que llegaba a las 10:45 horas con su carrito de paletas y helados para vender a los alumnos que sólo tenían los veinte centavos para la paleta, a 50 centavos para el helado.

 

El recreo:

 

El timbre sonaba para anunciar el recreo que iniciaba a las once de la mañana en punto para los alumnos de 1o, 2o y tercer grado y las niñas de todos los grados, terminando a las 11:15 horas para continuar con el recreo de los alumnos más grandes de los 4o, 5o y 6o grados (sólo hombres).

 

Los recreos eran divertidos, el tiempo de entretenimiento para los hombres, se iba en jugar al “toro”, a los “policías y ladrones” o a las “guerritas”, que consistía en lanzarse bolas de papel unos contra otros; en el caso de las niñas, su diversión era saltar la cuerda o jugar “matarili…lili don”, algunas veces el juego de… “de Tin Marín, de Do Pingüe… Cucara Macara, Títere fue, yo no fui, fue Tete… Pégale, pégale… que ella fue”; con este juego se señalaba a la culpable de cualquier decisión que se tomara y a la vez se castigaba.

 

La institución secundaria vespertina, tenía como directora a la profesora Eva Gómez Crespo (+), aclaro, hubo un tiempo que se nombró como director al profesor Javier Cevallos Dorantes, quién después emigró a la escuela Mariano Matamoros, como director; regresando nuevamente como directora la profesora Eva Gómez Crespo, contó con grandes maestros que enseñaban y corregían a quien no prestaba atención a la clase, si volvía a incurrir en alguna falta dentro de la hora clase, era retirado del salón y castigado en el centro del patio cargando sus libros en la cabeza; en el peor de los casos, tenía que barrer los pasillos y el patio de la escuela, si reincidía la falta, el castigo era severo… ¡A lavar los baños!

 

Los catedráticos ponían su granito de arena para que la escuela ocupara los primeros lugares en los concursos de danza, bailables regionales y desfiles cívicos que eran tres al año: 5 de mayo, 16 de septiembre y 20 de noviembre, muchos de ustedes los recordarán por su carácter y exigencia.

 

Nombres: Profesor Ramón Méndez Aguilar, Maestro Lezama, licenciado Enrique Cabrera (+), doctor Manuel Solano (+), doctora Magdalena N. de Solano (+), Alicia Gómez Crespo (+), Ana Luz Peña y Peña (+), maestro de dibujo, Manuel Serrano “el zurdo” (+), el maestro de talleres, de quien no recuerdo su nombre, solo el mote que le pusieron los alumnos, “el foquito”; nuevas generaciones lo bautizaron como el “kilovatito”,  María de Lourdes Hernández y maestro Garcilaso, maestros que impartieron sus conocimientos a la Generación de alumnos 1969-1972.

 

Cabe señalar que los desfiles siempre fueron acompañados de novedosos carros alegóricos, seleccionando a los estudiantes, destacando siempre las mujeres más guapas y de esculturales cuerpos, quién no las recuerda, ¿nombres? Quetzalina, Silvia, Alejandra, Elisabeth, Georgina, Pilar, Araceli, Bertha, Patricia, Luvia, Gloria, Yolanda y Blanca, entre otras que escapan a mi memoria, todo parecía indicar que la competencia era presentar el mejor contingente, la gallardía en la marcha, la mejor banda de guerra, los carros alegóricos presentando el pasaje histórico bien explicado; visualmente, llevando al hombre más apuesto y las mujeres más bonitas, para ello, la petición de los maestros de la escuela era que las alumnas vistieran sus faldas 5 centímetros arriba de las rodillas, no muy cortas, reitero, la idea era ser la mejor escuela, disputándose el primer lugar entre el CENHCH, la Venustiano Carranza, el Motolinía y el Instituto Washington, obteniendo Lafragua el primer lugar entre todas las escuelas participantes.

 

La Generación 1977-1980 también tuvo reconocidos catedráticos: Edmundo Macías; María Ruiz   y Huerta (+); maestro Álvaro; Jorge Chávez Palma; Ernestina Lezama; Ramón Nolasco; Eduardo García Cerón; Salvador García Torres; Pedro Gómez Crespo (+); Ricardo Gómez Crespo; maestro Elías; maestra Ángeles; maestro Mazaba Coto; maestros Eduardo Dueñas y Manuel Serrano “el zurdo”, quien además impartía las clases de dibujo; Isidro Alatriste y como maestro de talleres el “kilovatito”, entre otros grandes catedráticos que tenían una forma muy especial de impartir sus conocimientos; era un placer escuchar la clase.

 

Madre Escuela que, a todos tus hijos del saber, claras aguas les diste y en sus párvulas almas pusiste la fecunda simiente del bien.! Reza una de las estrofas del Himno de la Escuela.

 

Generaciones que se fueron y generaciones que vinieron, todas dejaron huella en su participación y ejemplo de buenos estudiantes; déjeme decirle que la Generación 1977-1980 fue una generación inédita, sabe por qué, simplemente porque es raro que una generación de alumnos de cierto grupo haya cursado la primaria con el mismo número de alumnos y pasar a la secundaria con la misma cantidad y sin que hubiera algún cambio, todos amigos y compañeros durante nueve años; además de que esta generación fue fundadora de la Rondalla José María Lafragua, integrada por 14 alumnos de secundaria, bajo la instrucción del maestro Mena; fue la primera Rondalla de la escuela que arrancó ovaciones y aplausos en cada presentación de festivales de la institución, cabe señalar que en Concursos de Rondallas, por tres años consecutivos obtuvieron el Segundo Lugar a nivel Zona. Su repertorio de canciones era amplio, con buenos requintistas y su excelente versista, Gabriel de los Santos Hernández, hoy médico general.

 

¿Nombres de esta generación?:  Jesús Sánchez Simontes, Teodomiro Cruz Betanzos, Carlos Hugo González Fortis, Ricardo Toriz Aguirre, Miguel Ángel Ramírez Martínez, Manuel Mendiola Núñez, Luis Manuel Gómez Ramírez, Alejandro Moranchel, José León Eduardo Fernández Huesca, Gabriel de los Santos Hernández, Abraham Alegría Munive, Jorge Tay Gómez Crespo, Héctor Boleaga Rodríguez, José Luis Reyes Bolaños, Manuel Gracida Martínez, Fernando Morales Tiempo, Gerardo Torreblanca Tejeda, Servando Cervantes Tapia, Javier Guzmán Martínez y Jorge Sánchez Tlamasco, entre otros. Continuará…