Manifestaciones + manifestaciones; ¿Vandalismos u/o otro 68?

Noticia escrita el: 3 octubre, 2025 | Por: Tómas De los Santos H.

Marchas van, marchas vienen, no hay día que no haya manifestaciones y disturbios en varios Estados de la República Mexicana, Puebla no es la excepción y menos que el pretexto de hoy fue el 57 aniversario de la masacre del 2 de octubre de 1968, déjeme decirle que este movimiento del 68 es una historia olvidada, los principales actores ya no viven, las nuevas generaciones ni saben, su memoria está en los avances tecnológicos y la IA.

 

Pero qué creé, diferentes colectivos y facultades de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), a través de las redes sociales convocaron a estudiantes, docentes, académicos y trabajadores a sumarse a la manifestación del reclamo social en México en memoria de los estudiantes que perdieron la vida luchando por sus derechos. Las principales arterias de la ciudad más concurridas por el transporte vehicular fueron interrumpidas y cerradas para que los manifestantes realizaran sus protestas, protestas que mucho tenían que ver con los 11 años que se cumplieron el pasado 26 del mes de septiembre de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, once años que han sido de mentiras y falsas promesas, sin dejar de culpar la represión ocurrida en CU2, Filosofía, ARPA y la Preparatoria Enrique Cabrera Barroso, así como por la expulsión y apertura de carpetas penales contra los grupos porriles. En su paso y frente a la fiscalía general del Estado (FGE) y en el Zócalo citadino demandaron que buscarán una reforma universitaria para el voto universal, la no reelección, salarios dignos para los profesores, becas para evitar la deserción escolar, la instalación del comedor universitario y un alto a la discriminación, acoso y abuso de poder. 

 

Imagínese, estas marchas o mítines nada que ver con la masacre del fatídico 2 de octubre de 1968. Pero… realmente qué pasó en el 68; juzgue usted:

 

Después de la renuncia del general Antonio Nava Castillo, en Puebla capital se vivía una tranquilidad -aparentemente-, la gente saluda al transeúnte con mucha educación, el paseante bien vestido reverenciaba el sombrero, había valores morales, esto era porque la ciudad tenía pocos habitantes, la totalidad de los poblanos se encontraban en el interior del estado, la UAP concentraba a la mayoría de la población estudiantil en el edificio central “Carolino”. Y… ¿Cuál fue el colofón para el fatídico 2 de octubre de 1968? Lea usted…

 

En 1929, en la UNAM, se da el despido del rector Antonio Caso y la postergación de la autonomía universitaria, antecedentes para la huelga. En mayo de ese mismo año la escuela de Derecho celebra una Asamblea General, a la que el Consejo Universitario no atendió sus peticiones, ocasionando con ello que la escuela de Derecho realizara un paro, teniendo como consecuencias que el 7 de mayo quedara suprimida la escuela por orden presidencial, señalando las autoridades: “Por cuestiones de disciplina y cumplimiento de los reglamentos universitarios, no es posible su apertura”.

 

Ante las órdenes gubernamentales, el 23 de mayo se suman a la huelga la escuela de Odontología, las secundarias 1, 3 y 4, así como la escuela preparatoria. La población estudiantil a través de su pliego petitorio solicitaba la Autonomía Universitaria, misma que más adelante el presidente de la República prometía en una carta enviada al rector señalando que esta sería concedida a partir del 9 de julio de ese mismo año.

 

En 1944, nuevamente el gremio estudiantil estalla en huelga porque el Rector de la UNAM, Rodolfo Brito Foucher, impuso a sus “incondicionales” como directores de escuelas y facultades y la creación de un grupo de choque dentro de la misma casa de estudios, al que los estudiantes bautizaron la “Briostapo”.

A mediados de marzo de 1966, la Facultad de Derecho se declara en huelga porque el director de la escuela prohibió la Libertad de Expresión a los estudiantes que protestaban por los conflictos de Vietnam, el chino-soviético y apoyaban la Revolución cubana. En este movimiento las molestias fueron más allá de lo que se esperaba, los estudiantes reclamaban ¿por qué eran reprobados más del 80 por ciento de los alumnos? ¿Por qué suspendían injustificadamente a varios maestros?, los cuales eran sustituidos por los incondicionales de la rectoría y ¿por qué expulsaban a los líderes estudiantiles? A finales del mismo mes la mayoría de las facultades y preparatorias nacionales se solidarizaron. Como respuesta al movimiento, el Rector de ese entonces, Ignacio Chávez, canceló la inscripción a los alumnos de Derecho por ser ellos los iniciadores del estallamiento de huelga.

 

El 26 de abril de 1966, después de sufrir agresiones por parte del personal de vigilancia de la UNAM, los estudiantes entran a la Rectoría para dialogar. Después de varias horas Ignacio Chávez recibió una llamada del presidente de la República, Gustavo Díaz Ordaz para pedirle su renuncia, asumiendo inmediatamente el cargo Javier Barros Sierra.

 

En abril de 1967 el movimiento estudiantil que se daba en la capital del país, así como muchos más que se desarrollaban en el ámbito nacional, impulsaban luchas para defender sus organizaciones del ataque de las autoridades. La Juventud Comunista de México en su boletín interno caracterizaba la situación de la siguiente manera: “La jornada del 5 al 15 de abril estuvo integrada por multitud de acciones locales distintas”; este señalamiento coincidió con otros movimientos, como la Huelga Universitaria en Tabasco, la Huelga Estudiantil de Sonora, la Huelga del Tecnológico de Ciudad Madero, Tamaulipas; en el Quinto, Sonora; en Yucatán, poco antes las Huelgas Universitarias de San Luis Potosí y Tamaulipas.

 

1968 “Año de la Represión”. Es en este año cuando los movimientos estudiantiles se fortalecen cada día más y más; al transcurrir los meses, el 29 de julio se da la represión mediante un ostentoso e increíble despliegue de fuerza, el cual intentaba con la violación de la autonomía universitaria y la sujeción ir “al orden”, apagar los brotes de protesta que se desarrollaban dos día antes (28 y 29 de julio) con motivo del aniversario de la Revolución Cubana; es precisamente en estos días cuando se da el inicio de un verdadero movimiento nacional de repudio al régimen gubernamental. Este movimiento estudiantil y social se da a lo largo y ancho de nuestro país donde participan obreros, campesinos, artesanos, lecheros, amas de casa y choferes del transporte público, entre otros.

 

Si esto pasaba en la capital del país, en el Estado de Puebla las violaciones a las garantías de la sociedad y de los universitarios estaban peor, los granaderos intervenían de manera brutal contra los estudiantes y el ejército con balas -no de goma- atentaban contra la vida de los manifestantes y a la vez encarcelando principalmente a los campesinos que venían del interior del Estado quienes a través de sus pancartas no aceptaban que les pagaran el precio de sus productos demasiado baratos, mucho menos que les quitaran sus tierras; las amas de casa y estudiantes estaban en contra del alza al precio de la leche y el aumento al pasaje del transporte urbano, cabe resaltar que las manifestaciones eran cientos y cientos de manifestantes, se alcanzaban a contar más de diez calles repletas de gente, la inconformidad de muchos lecheros por el alto costo de las materias alimenticias para el ganado se veían en la necesidad de subirle el precio a la leche mismo que no era aceptado e hizo que tiraran litros y litros de leche en las calles que corrían como ríos blancos y en algunas esquinas los camiones de transporte urbano incendiados como protesta al alza del pasaje que era de 20 centavos.

 

Las actividades represivas del ejército se daban a conocer a la población por medio de denuncias propagadas por miles de brigadas estudiantiles a través de millones de volantes.

 

2 de agosto de 1968; Después de varias protestas encabezadas por Barros Sierra, la UNAM se declara en huelga y se constituye el Consejo Nacional de Huelga (CNH), integrado por estudiantes de diferentes instituciones, consolidado como el órgano representativo del movimiento, sus demandas del pliego petitorio eran: Libertad a los presos políticos, destitución de los generales Luis Cueto Ramírez y Raúl Mendiolea, así como la extinción del cuerpo de granaderos, indemnización a familias de heridos y muertos.    

 

28 de agosto de 1968; luego de una multitudinaria manifestación, el ejército y la policía toman el zócalo de la ciudad de México para desalojar a un grupo de manifestantes que se habían quedado allí de guardia en espera del informe presidencial y exigiendo “dialogo público”. Los estudiantes son perseguidos por las calles, mientras los carros blindados de militares cargan contra la retaguardia estudiantil. Se apaga el alumbrado público y en la oscuridad se ataca indiscriminadamente a los estudiantes, catorce tanques arremeten contra la multitud aplastando a varias personas, acto seguido se escuchan los tiroteos en las calles adyacentes al zócalo causando más víctimas.

 

¿Quiénes daban las órdenes y claves para desbaratar los movimientos estudiantiles?

 

Gustavo Díaz Ordaz, Presidente de la República Mexicana; Luis Echeverría Álvarez, Secretario de Gobernación y “Agente No. 1 de la CIA en México”, además coordinador de la operación represiva junto con mandos militares y el Batallón Olimpia, un grupo especial creado para vigilar las protestas en el contexto de los Juegos Olímpicos; Fernando Gutiérrez Barrios, Director de Seguridad Nacional; Alfonso Martínez Domínguez, Presidente del Partido Revolucionario Institucional, quien declarara en ese entonces “los estudiantes no debían abandonar las aulas para ir a perder el tiempo en actividades que no les corresponden”; Alfonso Corona del Rosal, Regente del D.F.; José González González, quien formó el grupo de Investigaciones Especiales de la Jefatura de Policía, encausado a resolver los problemas del movimiento estudiantil, pero además, participó en la matanza de estudiantes en la Plaza de Tlatelolco; el capitán Octavio Vázquez Baeza; el “güero” de la Peña, Director de Averiguaciones Previas de la Procuraduría General de Justicia, entre otros.

 

13 de septiembre de 1968; se realizaron marchas multitudinarias como la del silencio que aglutinó más de 200 mil personas y marcó los enfrentamientos directos con el ejército en Ciudad Universitaria y el Caco de Santo Tomás, hechos que sustentaron la tensión social y anunciaban la gravedad de lo que ocurriría más tarde en Tlatelolco.

 

18 de septiembre de 1968; con lujo de violencia el ejército toma la UNAM, son detenidas todas las personas que estaban en la máxima casa de estudios, se despliega una fuerza de aproximadamente diez mil soldados con tanques ligeros, carros de asalto, transportes militares y jeeps, se dirigen a las distintas escuelas y facultades para aprehender a los alumnos, padres de familia y maestros que se encontraban en ellas.

 

21 de septiembre de 1968; este día y después de una revuelta desigual, el 43 Batallón de Infantería y 9 unidades blindadas acuden para apoyar a los granaderos y policías que durante 7 horas de lucha habían tratado en vano de tomar la Vocacional 7, logrando finalmente controlar la situación.

 

24 de septiembre de 1968; es tomado el Instituto Politécnico Nacional con todos sus edificios y dependencias, así como la Prevocacional 4. El Caco de Santo Tomás es ocupado a sangre y fuego por 500 hombres apoyados con 15 tanques y por efectivos de la policía judicial, armados con M-1 y lanza granadas. La Unidad Profesional de Zacatenco es tomada el día sábado por la noche por mil soldados que llegan en 30 transportes y con 13 tanques ligeros, 59 patrullas de policía preventiva y 150 agentes de la policía judicial. Este fue el colofón para la matanza del 2 de octubre de 1968, fecha inolvidable para el pueblo de México, donde centenas de estudiantes fueron masacrados y desaparecidos en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco.

 

Lo que desconocen las nuevas generaciones

 

El día 2 de octubre de 1968, en la Plaza de las Tres Culturas la manifestación fue de manera pacífica, la población estudiantil expuso demandas relacionadas con abusos y actos represivos cometidos previamente por cuerpos policiales, de repente minutos antes de las seis de la tarde un helicóptero sobrevoló la plaza y lanzó bengalas como una señal para que el Batallón Olimpia que se encontraba infiltrado entre los estudiantes abriera fuego contra los jóvenes que se manifestaban contra las políticas del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz. Este grupo paramilitar Batallón Olimpia vestía ropa de civil con un guante o pañuelo blanco en la mano izquierda para diferenciarse de los estudiantes.

 

La tarde del día 2 y gran parte de la noche todo quedó en tinieblas, las ambulancias de emergencias suspendieron sus servicios a la sociedad en general, para darse a la tarea de trasladar a los estudiantes heridos a las clínicas y hospitales, con la consigna de no auxiliarlos. En los nosocomios los médicos fueron retirados, disfrazando inmediatamente a policías y judiciales de doctores y enfermeros.

 

Durante la ejecución de ese fatídico 2 de octubre y la madrugada del día siguiente así como las primeras horas del nuevo día, la plaza fue acordonada y tapada en su perímetro con grandes tablas para que nadie viera lo que había pasado, el paso fue prohibido, los únicos que entraban y salían eran los camiones recolectores de basura y carros de volteo en donde echaban a los muertos para ser trasladados a los crematorios del Panteón Civil de Dolores y del Hospital de la Raza en donde fueron incinerados sin que el mismo gobierno supiera cuántos fueron. 10 días después el pueblo de México olvidó la sangrienta masacre estudiantil para seguir con atención los XIX Juegos Olímpicos.

 

Las Olimpiadas se inauguraban en México y en un ambiente de ritmo, luz y color, la niñez de Puebla acudía a la ciudad de México para presentar la famosa tabla rítmica y dar con ella la bienvenida a los miles de atletas del mundo entero. Un año después, el primero de septiembre de 1969, el presidente de la República, Gustavo Díaz Ordaz, al rendir su informe de Gobierno ante el Congreso de la Unión señalaba: “Las ofensas no me llegan, el Odio no ha nacido en Mí, si fuese culpable que la Historia me lo demande” y agregó “Me permitió servir y salvar al país, les guste o no les guste”, esto, ante 35 millones de mexicanos.

 

El tiempo siguió su curso, los años pasaron los movimientos estudiantiles continuaban, las multitudes protestaban contra la represión de los gobiernos federales y estatales, recuerde el famoso “Halconazo” de 1971, en Puebla las muertes de Joel Arriaga Navarro, Enrique Cabrera Barroso, Alfonso Calderón Moreno, entre otros, la renuncia de dos gobernadores Rafael Moreno Valle y Gonzalo Bautista O´Farril, pero como diría la nana Goya, esa es otra historia.

 

Finalmente, en el mes de julio de 1999, la LVII Legislatura de la Cámara Baja, declaró el caso del 68 como un asunto juzgado y concluido, ya que el autor intelectual de la masacre había fallecido. Hoy llegó el cambio que Juan pueblo anhelaba, un cambio que hasta la fecha no se le ve la punta del hilo, tal pareciera que las cosas siguen igual, ahí está lo que sucedió ayer en la ciudad de México, sigue habiendo grupos de choque que acaban con la Libertad de Expresión generando caos e inestabilidad y Juan pueblo se tiene que aguantar del nuevo terrorismo; usted tiene la última palabra.